

Pampurrias era una bruja muy bruja, con su típica vestimenta de bruja y su caldero para preparar hechizos. Pero algo la distinguía de las demás: no tenía mascota.
Un buen día se encontró un huevo y decidió cuidarlo para ver qué animal saldría.
Ese huevo lo cambió todo y La bruja Pampurria encontró su verdadera vocación.
Un genial álbum sobre cambios.
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